Las técnicas para elaborar vinos rosados son las que marcan la diferencia. La simple mezcla entre vinos blancos y tintos, no es comparable con las técnicas enológicas aplicadas en la producción de vinos rosados. Veamos a continuación, bajo el titulo «Rosé: conozca el proceso», cómo se consiguen estos singulares vinos.
Como lo mencionamos en el post “Mitos y verdades sobre el vino rosado”, la producción de estos vinos se puede resumir – en términos generales – como un proceso que se inicia en el mismo camino de los vinos tintos y continúa como para los vinos blancos. Además, para los rosados, las uvas son cosechadas con anticipación de las destinadas a los tintos, con el fin de obtener menor grado alcohólico, buena acidez natural y gran expresión frutal. Se puede hacer un rosado de cualquier uva tinta, como por ejemplo la Pinot Noir.
El método se centra en dejar que el mosto fermente con los orujos por un tiempo relativamente corto, ya que cuanto mayor sea el tiempo de maceración, más intenso será el color. La maceración en los vinos rosados puede durar algunas horas o hasta dos días; se lleva a cabo en recipientes refrigerados por debajo de los 10 °C para evitar que las levaduras y otros microorganismos actúen sobre el vino. Cuando el enólogo considera que el zumo ha alcanzado la intensidad de color adecuada, lo separa de los restos de uva.
En la segunda etapa de producción, comienza el proceso de fermentación: el enólogo agrega las levaduras o permite que las naturalmente presentes en el medio comiencen a actuar. Las levaduras metabolizan el azúcar del zumo de uva transformándolo en alcohol etílico. La fermentación alcohólica liberará calor, por lo cual, es llevada a cabo en tanques con la refrigeración adecuada para sostener la temperatura en los parámetros deseados.
Luego los vinos rosados suelen ser sometidos a tratamientos de clarificación o filtración, en el caso de la primera, simplemente se deja reposar al vino dejando que las partículas decanten en el fondo del contenedor. O también se pueden agregar agentes clarificantes que aceleran el proceso. La filtración consiste en hacer pasar al vino a través de materiales porosos para retener las bacterias, levaduras y partículas.
Algunos vinos rosados son muy similares a los vinos tintos, procedentes de una corta maceración; generalmente estos vinos se someten a fermentación maloláctica y por lo tanto son más suaves que esos tintos. Otros vinos rosados, sin embargo, son más cercanos a las características de los vinos blancos, producto del prensado directo. Estos vinos son más frescos, más aromáticos y normalmente mantienen su contenido de ácido málico, frescura y frutosidad.
En todos los casos los rosados son vinos que se toman fríos. Por su poder refrescante y agradable son muy recomendables durante los días calurosos, además una característica destacable de estos vinos es su versatilidad para acompañar una gran cantidad de platos. Arroces, pizzas, ensaladas, pescados y pastas. ¡Elija una etiqueta de rosado, no se va a equivocar!